El tren, pienso, es una forma de sentir la vida.
Algo de placidez, algo de poder, poca flexibilidad porque siempre vamos por el mismo camino y ni se les ocurra pedirme que doble en la próxima barrera.Así es la vidaY el tren es coraje, siempre para adelante. Rara vez va para atrás.
Cada vez que veo pasar una locomotora sola, sin vagones, me sorprende. Es como que hay algo que no funciona bien. Es como un pastor sin ovejas.