Bienvenidos al tren

Viajar en tren, una experiencia maravillosa.


martes, 28 de enero de 2014

1,2,3... contar hasta 1.105 para no chocar

En este blog escribo sobre trenes, pero hoy te comparto algo sobre autos. 

¿Por qué te comparto sobre autos? Porque muchos de quienes utilizamos el tren, cuando bajamos del tren nos subimos al auto. O, a la inversa, llegamos a la estación viajando en nuestro auto, carro que le dicen los mexicanos.

Por lo menos es lo que hago yo. Voy de mi casa a la estación en mi vehículo y lo dejo en la estación de Ezpeleta, en el sur del Gran Buenos Aires. Y mucha gente hace eso, cada vez más. El día en que pongan los coches nuevos adquiridos a una empresa china, tal como promete el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, supongo que la modalidad va a explotar porque mucha más gente va a querer viajar en tren.

Dicen que va a ser este año. Ojalá sea así. Aunque no electrifiquen, con que sólo cambien los coches que circulan desde tiempos inmemoriales y los reemplacen por unidades modernas, limpias, que cierren herméticamente, con amplios ventanales, etc. ya será más que suficiente para los sufridos pasajeros del Ferrocarril General Roca. E incluso puede ser que personas remisas al tren, como mi esposa, acepten utilizarlo.

Va, pues, la nota que publicó días atrás el diario Clarín sobre la distancia que hay que mantener con el vehículo que va delante del nuestro para evitar accidentes. Un adelanto de la nota:
“Cuando un auto choca a otro en la autopista, el conductor siempre dice que no le funcionaron los frenos –señala el periodista Jota Leonetti, de Control de Tránsito–. Lo cierto es que no tenía ni tiempo ni distancia para que le funcionaran: para poder frenar hay que guardar cinco segundos de distancia con el vehículo de adelante”.

La nota completa, en el siguiente link: http://goo.gl/P2JNqi


domingo, 19 de enero de 2014

Denuncian a la proveedora china de trenes para la Argentina por utilizar asbesto

El diario La Nación informó sobre la denuncia que hizo una empresa ferroviaria australiana relativa a unas locomotoras compradas a una empresa china, fabricadas con asbesto, un compuesto cancerígeno prohibido en todo el mundo.