Bienvenidos al tren

Viajar en tren, una experiencia maravillosa.


miércoles, 12 de noviembre de 2014

Frases de antología para hombres que viajan en tren

La mujer subió al tren con mucha dificultad, trepó los escalones y, apoyándose en el bastón, dirigió sus pasos al interior del vagón.




La anciana tendría más de 70 años. Una vez arriba del tren se encaminó a la punta del vagón. Pensé que en ese breve trayecto alguno se levantaría para ofrecerle el asiento; pero pensé mal. Los hombres se durmieron y las mujeres miraron para otro lado.

La abuela le pidió el asiento a un hombre de 43, 44 años, morrudo y de baja estatura. Supuse que el tipo saltaría como un resorte y diría algo así como "por supuesto, abuela, ¡siéntese!". Además, estaba sentado en un asiento reservado para embarazadas, abuelos y personas con bebés.

Pero nada de eso ocurrió. "Estoy operado de la rodilla", dijo el hombre, y ni amagó a moverse. La abuela volvió sobre sus pasos y un muchacho ubicado en mitad del pasillo sin obligaciones legales pero sí morales, le cedió su lugar.

La abuela quedó a mis espaldas y pude escucharla con claridad repetir una y otra vez, no sé si como un rezo o como un insulto, la frase del millón: "¡Estoy operado de la rodilla!".

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