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Viajar en tren, una experiencia maravillosa.


viernes, 4 de octubre de 2013

"El tren de la amistad"

"Sobre el riel de acero el tren de la amistad va corriendo, va corriendo con su triqui, triqui, tra". 

Hace unos meses les enseñé a mis hijas un canto muy sencillo de mis tiempos de campamentero. Lo cantábamos antes de las comidas, en esos minutos antes de que la comida estuviera servida. Cuando nos queríamos comer hasta los platos.


El desafío era cantar esta frase y al mismo tiempo que cantábamos llevar el ritmo con los vasos de plástico que teníamos sobre la mesa. Con cada frase hacíamos circular el vaso que teníamos hacia el comensal de al lado. Así se generaba un circuito de vasos que circulaban de lugar en lugar. Un juego sencillo de ritmo y armonía.

Por ejemplo: Sobreelriel (movimiento) deace (pasada) roeltren (pasada) delaamistad (pasada) y así hasta que llegábamos al triqui-triqui-tra. En este caso se duplicaba el movimiento hacia la derecha. Se ejecutaba el golpe sobre la mesa pero no largábamos el vaso, volvíamos hacia la izquierda y nuevamente a la derecha. En esta segunda vez sí lo hacíamos circular.

Una vez que le descubrías la vuelta era muy sencillo. Era cada vez más rápido y más fuerte. Una manera de llenar el tiempo muerto y de hacer saber a los responsables del campamento que allí estábamos las fieras.

Anoche, mi hija Karen me preguntó cuando terminamos de cenar: "¿Cómo era la canción del tren?". Le recordé la letra y se puso a jugar frente a frente con Melany, su hermana, que dijo: "Ese juego es una pavada". Al ratito estaba súper enganchada. Brenda, la mayor, sin jugar aportó lo suyo: "¡Qué ritmo de marcha que tiene esto!".

La cuestión es que estaban frente a frente: primero jugaron con vasos, como dice el "reglamento", después con cubiertos (rápidamente cambiaron tenedores por cuchillos sin filo) y finalmente con naranjas que rodaban. ¡Imposible mantener el ritmo! Era todo risas, a la bartola, hasta que una de las naranjas rodó con tanta mala suerte que se llevó un plato por delante, cayó al piso y se hizo trizas. Final del juego, silencio y a recoger los restos de la mini fiesta.

Al tren de la amistad hay que cuidarlo, jeje.


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