La electrificación parcial del Ferrocarril Roca cambió el paisaje de estaciones y recorridos
Columnas de cemento, hierros y cables aéreos han renovado el paisaje casi bucólico de las viejas estaciones del Ferrocarril Roca entre Constitución, en la ciudad de Buenos Aires, y La Plata.
Todo por viajar más rápido, confortables y seguros, según puede verse en las fotos de más abajo que tomé en la estación Ezpeleta el viernes 5 de agosto de 2016.
Lo de la seguridad es muy importante. He visto muchos arrebatadores arrancar cadenitas, pulseras y teléfonos móviles a pasajeros sentados cómodamente cuando el tren arrancaba y tirarse de la formación en movimiento.
Esa forma de operar ya no la podrán utilizar. Simplemente porque el tren no arranca hasta que se cierran herméticamente las puertas, como pasa con el subte (metro) y otros trenes.
Un pequeño avance para el "lejano sur", que en otras partes del país y del mundo hace décadas que existe.
Y todo cuidando el medio ambiente.
¿El precio a pagar? Una agresión leve al paisaje, nada casi al considerar los inmensos beneficios para millones de personas.
Muy distinto fue la vista que por décadas reflejó el paisaje vial en el mismo recorrido, según puede verse en estas fotos que tomé en la estación Wilde en mayo de 2014.
Los rieles, interminables y casi únicos en el universo de la tecnología ferroviaria, acaparan la atención del ojo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario